Los bienes complementarios son materiales o productos cuyo uso está relacionado con el uso de un bien relacionado o pareado de manera que la demanda de uno genera la demanda del otro. Ejemplos de tales productos incluyen: reproductores de DVD y discos DVD teléfonos móviles y tarjetas de recarga automóviles e impresoras de gasolina y cartuchos de tinta botas y cordones hardware y software de computadora y pelotas y raquetas de tenis.
Un bien complementario tiene una elasticidad cruzada negativa. Si el precio de un bien cae de modo que la gente compre más, se comprará más cantidad del bien complementario, independientemente de que el precio baje o no. Al mismo tiempo, un aumento del precio de un bien reduce su demanda; la demanda del bien pareado también se reducirá. Cuando alguien compra una computadora, automáticamente necesitará software como controladores inalámbricos de Microsoft Office y programas de contabilidad especializados.
La compra de un reproductor de DVD tiene como bien complementario los DVD. Sin embargo, esto está cambiando con la tecnología cambiante en la que se utilizan reproductores de DVD para transmitir películas y programas de televisión utilizando servicios como Netflix, que puede considerarse el nuevo complemento.
Otro ejemplo de bienes complementarios es el teléfono móvil y las tarjetas de recarga. Cuando los precios de los teléfonos móviles aumenten hasta el punto de que pocas personas puedan permitírselo, la demanda de tarjetas de recarga también caerá. Lo opuesto a un bien complementario es un bien sustituto. Esto implica que la demanda de un bien aumenta cuando el precio de otro bien aumenta, por ejemplo, el café y el té.